Felicidad y la angustia, el placer y
el dolor. Aspectos completa y absolutamente contrarios, pero al mismo tiempo
tan íntimamente relacionadas. Tal como yin y yang, o bien y mal. El uno no
puede existir siquiera sin la presencia del otro. A tal punto que no podemos
pensar en uno de ellos si el otro. Incluso en ocasiones ambos se entrelazan para
complementarse.
¿Qué es la felicidad más que la
ausencia de la angustia? Ambos estado son tan necesarios en la vida del ser
humano que la vida no puede concebirse sin alguna de ellas. Incluso muchos
tienen como objetivo de vida la búsqueda de la felicidad. ¿Qué sería de
nosotros si no viviéramos entre estos dos opuestos? Es dentro de estas
contradicciones donde se generan algunos de los estados y sentimientos con los
cuales el ser humano se bate en eternos enfrentamientos durante toda su vida:
el deseo, la pasión, la lujuria, la ira, la furia, etc.
Tomemos como ejemplo de cómo el ser
humano lidia con este estado mediador entre la felicidad y la angustia, el
episodio de la película, “El chacotero
sentimental”, llamado “secretos”.
Antes que nada un pequeño resumen para relacionar todo de manera correcta:
Secretos, cuenta la
historia de una familia de Santiago de Chile, de clase media, y aparentemente muy típica.
Todo comienza con una fuerte discusión entre dos hermanas debido a una
travesura cometida por el hijo de la hermana mayor, por su parte la hermana
menor presa de la ira comienza a despotricar en contra de su hermana, y mas
específicamente en contra de su sobrino, llegando al punto de llamarlo “wacho”
(bastardo). En este punto su hermana pierde el control y la ataca brutalmente,
incluso con intención de matarla. Quien para la pelea y logra tranquilizar a la
mayor es el padre a ambas. De modo de flash back, la menor de las hermanas nos
transporta a su niñez la cual narra cómo común y feliz, hasta un verano en el
que dice ella que todo cambia. Una serie de eventos poco comunes en la vida de
esta familia empiezan a suceder, extraños ambientes de tención que en un inicio
la protagonista no logra comprender.
Todo comienza en día en que la madre de ambas
estalla en un supuesto ataque de locura al descubrir que la mayor de las dos
hermanas está embarazada. A partir de
ese momento la familia empieza desmoronarse poco a poco. Peleas entre madre e
hija, constante nerviosismo, episodios psicosis sufridos por la madre de las
chicas, un padre que se desentiende del problema, y la niña menor al ver todo
este conflicto continuo encuentra refugio en un antiguo armario, desde donde
puede ver todo lo que sucede en la casa sin ser ella descubierta.
Todo empeora cuando la
condición de la madre empeora, y al mismo tiempo se descubre que la hermana
mayor queda otra vez en cinta. La cúspide del drama ocurre el momento en que la
madre es descubierta muerta en una habitación de la casa, un supuesto suicidio,
partir de ese momento la vida de ninguno vuelve a ser la misma. El Hasta ahora
incomprensible historia toma cobra sentido al descubrir que el padre de ambas jovencitas mantenía una
relación de carácter incestuoso con la mayor, y que ambos hijos de la mozuela
eran en realidad de él.
En esta enredada historia podemos
apreciar de manera muy claro, lo que Georges Bataille afirma en su tratado de
1988 titulado “la felicidad, el erotismo
y la literatura”, tras aquel momento de deseo, lujuria y carnalidad pura se haya el nefasto sentimiento de culpa
y remordimiento de haber sucumbido frente a la voluptuosidad. Es decir la
angustia que antecede al momento de felicidad. Es el padre quien tras el acto lascivia,
siente culpa por haber experimentado un
apetito sexual por su propia hija. Fue ese momento de felicidad
meramente pecaminoso el cual incremento y profundizo la angustia de aquel
hombre.
Ahora tenemos que tomar en cuenta que
en el caso especifico de estos personajes, interviene una cuestión
psicológica bastante compleja, la cuestión
compleja. Lo que presenciamos es un clásico caso de un complejo de Electra.
Existe una teoría freudiana que dice que durante los primeros años de vida, la
niña ve a su padre como única opción de pareja sexual, pero que al crecer y
sintiendo lo imposible de este impulso, sus deseos sexuales son reprimidos pero
no de manera completa, puesto que posteriormente, al momento de buscar pareja
sexual buscara reflejar estos deseos reprimidos, localizando a posibles
compañeros sexuales que compartan ciertas semejanzas con el padre de la joven.
Son estos deseos reprimidos, sumados con una patología de una atracción sexual
del padre por su hija, las que crean este complejo escenario. Estos impulsos
sexuales impasibles son creadores de la angustia que aqueja a ambos personajes,
porque al liberar su animalidad interna encuentran por un efímero momento de
felicidad al dejarse llevar por sus apetitos carenares y sucumbir ante la
voluptuosidad del otro. Pero como dice Bataille es su texto la intensidad de la
felicidad y el experimentar la voluptuosidad profundizan la angustia.
Con lo que nos encontramos en esta
historia es la estrecha relación de la felicidad y la angustia, esa
“muerte-nacimiento”[1],
esa busque da del grial en la que el hombre, en este caso el padre, se lamenta
al mismo tiempo el haber sucumbido a la carnalidad como el haber perdido la
felicidad.
En ese momento en el que el padre está
junto a su hija, desnudos en la cama, me recordó la cita tomada por Bataille,
de la obra de Chazal. Ambos no solo recapacitaron acerca de su desnudez física,
sino que sintieron en su interior aquella desnudez espiritual, la cual solo se
experimenta en dos ocasiones, cuando un individuo se encuentra en completa
soledad y empieza a indagar su interior, o cuando dos personas se liberan de
cualquier barrera para fundirse en uno mismo. Es esa “sensación de fusión”
entre ellos la cual comunica la voluptuosidad.
Partiendo del hecho de que la desnudez
humana es natural. El problema en el caso que no concierne es que desde el
punto de vista humano, lo sucedido entre los dos personajes de la historia no
tiene nada de normal. Es repudiable desde cualquier punto de vista desde el que
se quiera abordar el asunto, y no es por verlo de una forma moralista, pero el
se podrá considerar que los personajes han atentado contra la moral. Desde
siempre se nos ha incitado a mantener un actuar púdico, pero lo que encontramos
en estos sujetos es todo lo contrario.
Pero tenemos que reconocer que es
exactamente esto lo que le da una alta carga erótica literariamente hablando.
Lo prohibido siempre ocasiona en el sujeto una excitación natural, una alteración involuntaria de los sentidos que
nos sumerge en nuestros deseos carnales mas ocultos, puesto que lo prohibido,
lo condenado nos ofrece una oportunidad única, angustia. La felicidad que nos
ofrece el sufrimiento de haber cumplido un oscuro deseo es la máxima prueba de
que la felicidad y la angustia, el placer y el dolor. Están más juntos de lo
que creemos.

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